Una buena salud e higiene bucodental nos permitirá prevenir enfermedades en las encías y evitar las caries.
Lo ideal es cepillarse los dientes después de cada comida (desayuno, almuerzo y cena) y hacerlo a fondo al menos una vez al día.
Durante el sueño disminuye la producción de saliva y los movimientos linguales, favoreciendo la formación de placa bacteriana. Nunca debemos
olvidar lavarnos los dientes antes de acostarnos.
La ausencia de dolor no significa que tengamos nuestros dientes en perfectas condiciones, por eso le aconsejamos que realice una revisión anual y una higiene dental profesional en profundidad para prevenir y detectar posibles anomalías bucodentales.
La forma correcta de cepillar los dientes es con movimientos verticales, empezando por la encía, desde abajo y hacia fuera. También debemos cepillar la cara exterior e interior del diente.
Limpiar la parte superior de los dientes traseros cepillando en forma de remolino insistentemente. Así las fibras del cepillo eliminan cualquier resto de comida y bacterias de los pliegues del diente.
Limpiar el cuello del diente y el espacio entre diente y diente (espacio intradental). En los casos en el que el cepillo no llegue a los espacios intradentales debemos utilizar seda dental o un cepillo interproximal.
Una vez al año es necesario acudir a su doctor para la revisión y una higiene dental profesional que prevendrá problemas bucodentales.
La higiene dental con ultrasonidos es capaz de eliminar el sarro acumulado y prevenir la placa bacteriana.
El posterior tratamiento con flúor eliminará todas las bacterias perjudiciales de nuestra boca.
Este proceso es indoloro y económico.
Los malos hábitos de tener una mala higiene bucodental puede causarnos desde una caries hasta enfermedades mucho más graves para nuestra salud. Las consecuencias que se derivan de una mala salud e higiene dental son:
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